El proverbio africano que encabeza este texto creo que pone un poco de claridad sobre algo que debería ser obvio. Todos tenemos responsabilidades colectivas, la educación no se agota en las palabras y mucho menos en la individualidad y la queja:
- En las calles, es necesario que los conductores de los automóviles enseñemos las reglas de tránsito y la paciencia.
- En los negocios es indispensable que los clientes y los comerciantes enseñemos el respeto por los turnos, el saludo y la cordialidad.
- En los clubes, es fundamental que los profesores y los padres y madres enseñemos el respeto por las capacidades individuales, el aprecio por el compañerismo y por la alegría de jugar.
-En las escuelas es imperioso que enseñemos el uso del tiempo, la responsabilidad para preparar las clases, la flexibilidad y la exigencia.
- En casa enseñemos con el ejemplo a pedir disculpas si nos hemos equivocado, a escuchar y a asumir las responsabilidades de adulto que nos tocan.
¿No les parece?
Fuente:
Estrategias educativas. Mar de Plata.
Ilustración de Onyinye Iwe.







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