No todos los niños tienen recuerdos felices.

Una infancia plena y feliz depende mucho del equilibrio emocional de los padres.

Por eso es importante plantearse cómo manejar las discusiones para que afecte lo menos posible a la salud mental y emocional de los hijos, y que no sufran.
Los niños siempre van a tomar a sus padres como modelo de referencia y conducta, así pues, imitarán todo lo que hagan.
Si en casa están acostumbrados a vivir entre gritos y violencia verbal, van a ver esa conducta como normal y, lo más seguro, es que acaben reproduciéndola en su vida futura.

Por el contrario, si los niños ven que sus padres resuelven los problemas de forma afectiva, desde el diálogo y la educación, se convertirán en adultos pacíficos y dialogantes.
Si a pesar de todo, la discusión se ha salido de tono y hemos discutido delante de ellos, es aconsejable disculparnos con nuestros hijos y comprometernos a no volver a repetirlo, ya que no deja de ser una agresión hacia ellos.
Recuerda que todavía podemos solucionarlo, ten la voluntad y pide perdón, da el primer paso 🙏👨👩👧







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