¿Con qué frecuencia nuestras «buenas intenciones» se convierten en obstáculos para el derecho natural de los niños a jugar al aire libre?
- Sobreestructuramos sus días, dejando poco tiempo para jugar
- Sobreanalizamos y subestimamos la importancia del juego
- Nos preocupamos… tememos que pase lo peor
- Tenemos nociones preconcebidas de lo que puede ocurrir
Cuando damos un paso atrás y CONFIAMOS en el proceso natural del juego, suceden cosas maravillosas (¡incluso asombrosas!).
Si CREES que son capaces… pueden sorprenderte y superar tus expectativas.
Créditos;
Texto: Educación Montessori.
Fuente / Foto: TimberNook.







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