- IMPONER LA LECTURA COMO OBLIGACIÓN.
Obligar a un niño a leer es la mejor forma de que no le interese la lectura durante el resto de su vida.
- MARCARLE LOS LIBROS QUE TIENE QUE LEER Y EL PLAZO EN QUE LOS DEBE TERMINAR.
Cuando empiezan primaria muchos colegios ponen como tareas obligatorias para casa leer determinados títulos para una fecha. Leer algo que no te gusta y tener que leerlo en un plazo corto es la mejor forma de desarrollar el rechazo a la lectura. Los niños y niñas han de vivir la lectura como una experiencia agradable que disfrutan, no como una obligación con plazo de entrega.
- CASTIGAR, AMENAZAR O REGAÑAR POR NO LEER.
Este tipo de herramientas (castigos, gritos, amenazas...) basadas en el miedo suelen producir un efecto rebote de rebelión. Entrar en luchas de poder para que un niño lea solo conduce al malestar en el hogar. Que un niño asocie la lectura a experiencias negativas es la mejor forma de que no elija nunca más leer de forma voluntaria y espontánea.
- HACER COMPETENCIAS DE LECTURA.
Eso de hacer un ranking para ver quién lee más libros puede volverse en contra muy fácilmente. Si el niño ha leído muchos libros y a pesar de todo no ha quedado en el lugar que esperaba en el ranking puede sentir frustración y sentirse insuficiente. Un sentimiento que nada tiene que ver con lo que produce la lectura espontánea que se hace por el mero placer de leer. La lectura perderá su propósito y dejará de disfrutarse.
Fuente;
Guia Infantil.
Foto: Hawk Meadow Montessori School
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