El aprendizaje del educador al educar se verifica en la medida en que el educador humilde y abierto se encuentre permanentemente disponible para repensar lo pensado.
Para revisar sus posiciones; en cómo busca involucrarse con la curiosidad del alumno y los diferentes caminos y senderos que su postura lo hace recorrer.
Algunos de esos caminos y algunos de esos senderos que a veces recorren los alumnos con su curiosidad están cargados de sugerencias, de preguntas que el educador nunca se había hecho antes.
La experiencia docente, si es bien percibida y bien vivida, va dejando claro que el educador requiere una capacitación permanente.
Capacitación que se basa en el análisis crítico de su práctica.
Fuentes;
Paulo Freire.
Ilustración de T Wei.







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