"Con las palabras mágicas del érase una vez se erige un mundo imaginario,
donde no caben el teléfono ni las urgencias del mundo real. “Que nadie interrumpa porque estoy leyendo un cuento”, dirá el adulto. Entonces los niños irán aprendiendo, piel a piel, que esa conversación sobre la vida que ocurre entre las líneas de un cuento da nombre a las emociones. Y aprenderán también a querer los libros porque les permiten conversar con sus seres queridos."
Yolanda Reyes.
Fuente;
Primeros Lazos Psicopedagogía.
🎨Ilustración de Nasim Norouzzi.







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