La preocupación por una alimentación saludable no puede empujarnos a obligar a comer a niños y niñas.
Respetemos sus mecanismos naturales de hambre y saciedad.
Es el apetito del niño el que debe regular la cantidad de comida que tiene que comer.
Fuente;
Educación Montessori.
Créditos de imágen; "EL PAÍS".







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