Alojar a un niño, a una niña, es hacerles un buen lugar. Es donarles una mirada cálida, una escucha atenta.
Considerar sus enojos, sus temores, sus dudas.
Es estar cerca mientras transitan situaciones difíciles y alegrarnos con sus alegrías.
Hacerles sentir que nos complace su presencia y que pueden confiar en nuestro cariño, en nuestro sostén en cualquier circunstancia de su vida.
Fuente;
María Laura Pons Estel y María Inés dos Santos / Primeros Lazos.
🎨Ilustración de Dunni Mustapha.







Deja un comentario