Es importante sanar a nuestra niña interna, pues necesitamos sus cualidades y recursos naturales e innatos, sobre todo en las etapas y cambios importante de nuestra vida. Si nuestra niña interna es feliz y libre, estas etapas se vivirán con alegría, facilidad y sabiduría...
💜🌷 Se trata primero de dejar de negar esta parte vulnerable de nosotras que ha sido herida, a fin de poder entrar en contacto con la niña interna herida. Hay personas que no tienen recuerdos de su infancia y otras que tienen miedo a evocar sus momentos dolorosos. En estos casos nunca hay que forzar los recuerdos y sí reforzar la autoestima, trabajando, por ejemplo, con afirmaciones de autoestima. Cuando la persona esté preparada para integrarlos, sintiéndose más fuerte y confiando en sus recursos interiores de superación, aparecerán los recuerdos.
💜🌷 Una vez que recordamos los acontecimientos dolorosos, se trata de integrar las emociones que han despertado en nosotras, recuperar la capacidad de discernimiento y luego perdonar. Es importante primero ser conscientes de nuestra rabia y nuestro dolor (por supuesto sin proyectarlos hacia nadie), para luego poder hacernos responsables de ellos, conseguir la maestría sobre estas emociones y así superarlas convirtiéndolas en fortaleza interna.
💜🌷 Alcanzar la fortaleza interna significa tener discernimiento y la capacidad de protegernos poniendo límites claros, sabiendo decir que no con amor, sin que ello nos provoque miedo, rabia o culpa. Es la manera de abandonar la victimización y la proyección a fin de superar los guiones de dolor en nuestra vida. Cuando sabemos poner límites, nuestra niña interna se siente a salvo y puede empezar a florecer de nuevo.
Fuentes;
Fanny Van Laere 🙏🧡
El Resurgir de lo Femenino
Alma Libre.
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