Los hijos necesitan sentirse seguros y protegidos en su hogar, y si la dinámica entre los adultos se caracteriza por el conflicto y la inestabilidad, se puede generar en ellos sentimientos de miedo, ansiedad e inseguridad que afectan su desarrollo emocional y su bienestar a largo plazo.
Por ello es clave que los adultos que conviven en un hogar trabajen en mantener una relación saludable y respetuosa, incluso si tienen diferencias y conflictos, con el objetivo de proporcionar un ambiente seguro y estable para los niños que crecen en ese hogar.
-Pero es que todas las relaciones tienen sus diferencias y sus desacuerdos en algún momento-, escuché decir a alguien hace poco mientras hablábamos sobre esto.
Hablar de armonía en el hogar no significa eliminar los desacuerdos, sino crear un espacio seguro donde los desacuerdos puedan abordarse de manera pacífica y constructiva.
En este tipo de ambiente, los niños aprenden habilidades importantes de resolución de conflictos, empatía y comunicación efectiva, lo que contribuye a su crecimiento y desarrollo saludable.
(Psicóloga Monica Triana)
Fuente; Un bebé feliz.







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