«Nunca amamos a alguien en concreto. Amamos tan sólo la idea que nos formamos de alguien. Es un concepto nuestro —es, en suma, a nosotros mismos— lo que amamos.
[...]
Las relaciones entre un alma y otra, a través de cosas tan inciertas y divergentes como las palabras comunes y los gestos que se emprenden, son materia de extraña complejidad. En el acto mismo de conocernos, nos desconocemos. Dicen los dos «te amo» o lo piensan y lo sienten a modo de trueque, y cada uno quiere decir una idea distinta, una vida distinta, puede incluso que un color o un aroma diferentes, en la suma abstracta de impresiones que constituye la actividad del alma...»
Fernando Pessoa [Bernardo Soares]. Libro del desasosiego. [112].
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