“El niño debe darse cuenta por sí mismo de lo que hace, y hay que darle la posibilidad de controlar sus propios errores a la vez que se le ofrece la posibilidad de desarrollarse.”
María Montessori.
EL MIEDO A EQUIVOCARSE.
Acostumbrados a recibir sanciones por cada error, crecimos completamente seguros de que no hay nada peor que equivocarse y, aunque no lo queramos,no tenemos mucha oportunidad de enseñar lo contrario puesto que es una idea que simplemente respiramos.
Uno de los aprendizajes más difíciles para el guía Montessori, es tomar conciencia de que el error es uno de los puntos más sensibles e importantes del pensamiento científico.
Un niño que no se equivoca, es un niño que pierde la oportunidad de aprender.
Por esta razón,la Doctora Montessori diseñó en sus materiales lo que se denomina “control de error”; este aspecto no evita el error,sino,más bien,le da pureza y claridad para que el niño pueda comprender (por sí mismo) dónde y cuál es el error que está cometiendo.
No necesita de un adulto que lo esté destacando, y mucho menos corrigiendo. No es necesario decirle a un niño “así no se hace”, para él es obvio que ese no era el camino. Lo que sí es necesario es darle espacio, silencio y la posibilidad de repetir muchas veces el mismo error hasta encontrar, por sí solo,el camino correcto… Eso hace el guía Montessori, y mientras tanto observa, escribe, deja constancia de cuáles fueron las formas en que ese niño afrontó y superó la dificultad, pues cada uno de nosotros tenemos atajos y estrategias diferentes.
Qué bueno habría sido para todos haber podido contar con un observador experto que nos mostrara nuestros dones, los exaltara y nos permitiera cometer mil errores y solucionarlos, sin intervenir.
Texto: Jardín Infantil Mundo Montessori.
Fuente; Educación Montessori.







Deja un comentario