LA OBSERVACIÓN no es sólo para los profesores.
La cofundadora de nuestra escuela, Paula Lillard, recuerda a un niño de su clase de primaria hace treinta años. Su primer año como estudiante estaba principalmente interesado en observar a otros niños.
Paula siguió animándolo a trabajar y dándole lecciones, pero cada vez que lo dejaban solo, lo encontraba sentado con las piernas cruzadas, las manos en su regazo, mirando el trabajo de otra persona.
Después de hacer esto durante bastante tiempo, de repente se interesó en su propio trabajo.
Cuando se sentó con él, descubrió que, para su sorpresa, no solo conocía todos los materiales que ella ya le había presentado, sino que también sabía cómo trabajar con materiales que ella aún no le había enseñado, y los nombres de todos los países del mundo.
Aprendió todo esto a través del poder de su propia observación.
Si bien sigue siendo importante que cada niño participe en su propio trabajo, también existe un lugar distinto y único para observar en silencio y con seriedad el trabajo de otros niños. Los niños a esta edad tienen mentes poderosamente absorbentes.
El entorno Montessori crea un espacio para esta oportunidad, con los niños haciendo distintos trabajos en toda la sala y ofreciendo la opción de una observación respetuosa.
Educación Montessori.
Fuentes;
Texto y foto: Forest Bluff School







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