«NO ME SIGAN A MÍ, SIGAN AL NIÑO»…»EL NIÑO ES EL MAESTRO»

Maria Montessori nos dice: «NO ME SIGAN A MÍ, SIGAN AL NIÑO»…»EL NIÑO ES EL MAESTRO»

«SEGUIR AL NIÑO» significa recordar que cada niño es único, que tiene su propio ritmo, sus propias necesidades, intereses, talentos y habilidades individuales, y que debemos educarlo y guiarlo de acuerdo con estas diferencias.
Que el niño tenga sus leyes de desarrollo, y si queremos ayudarle a vivir, a crecer y desarrollarse correctamente, debemos seguirle, no imponernos a él.

Es SIGUIENDO AL NIÑO que María Montessori llega a las conclusiones a las que llega. OBSERVÁNDOLO, ESCUCHÁNDOLO, olvidándose de lo que aprendió en la Universidad, olvidándose de lo que el mundo decía… siguiendo única y exclusivamente al niño, sin prejuicio alguno, de manera imparcial y objetiva, de manera científica, como si mirara al niño por primera vez.

Así fue como surgió el Método Montessori que más bien (a decir de la propia Dra. Montessori, de hecho) debiera llamarse «EL MÉTODO DEL NIÑO».

UNA EDUCACIÓN DIRIGIDA POR LOS NIÑOS.

Una educación dirigida por los niños no significa “dejar que hagan lo que quieran”.
Significa…

• Notar lo que ellos notan, ver lo que ellos ven, ponernos en su lugar.
• Establecer límites seguros.
• Compartir alegría.
• Reconocer sus necesidades.
• Respetar sus opiniones.
• Empoderarlos.

Fuente; Educación Montessori.

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