"Hay una cura para el envejecimiento de la que nadie habla. Se llama aprendizaje”.
Robin Sharma
Aprender desde todos los ángulos, la enseñanza formal, el aprendizaje no tradicional o lo que nos pone ante los ojos cada día la vida misma.
Aprender de los mayores y también de los niños.
Aprender de nuestros errores y de nuestros aciertos.
Aprender de nuestros miedos y nuestras osadías.
Hasta el último día en que respiremos podemos aprender.
Sólo necesitamos voluntad, curiosidad y decisión.
Si cada noche antes de dormir, repasamos el día vamos a descubrir lo que aprendimos y lo que nos perdimos de aprender.
Seremos alumnas eternas y en alguna que otra oportunidad, podremos ser maestras.
Ojalá podamos disfrutar de cada aprendizaje.
Ojalá podamos atesorar lo nuevo e ir por más…
Fuente; Las Tejedoras de Vida.







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