El modelaje es unos de los ejes fundamentales de la crianza, por eso debemos estar vigilantes de nuestra conducta, examinar nuestras reacciones y respuestas, pues aunque creamos qué pasa desapercibido, nuestros niños nos observan todo el tiempo.
Si crecen rodeados de una estructura sólida que establece límites precisos y consistentes, además de amor y acompañamiento, las conductas de violencia (psicológica, verbal o física… incluso sexual🥺) nunca serán protagonistas de nuestro día a día.
El tratar a un niño con respeto le marca su primera zona de confort, lo que buscará reproducir al salir de casa, los niños no se portan mal, solo reproducen lo que viven.
La próxima vez que tu niño te incomode o te haga sentir exultante, medita en esto.
Como ganacia adicional, los niños que crecen rodeados de amor y respeto genuino jamás pensarán dañar a alguien más.
Que nos sea útil el recordatorio.
Seamos los padres que estuvimos necesitando cuando fuimos niños.
Fuente; Un bebé feliz.
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