«Una gran mente desprecia los agravios que le hacen; la mayor forma de desdeño es considerar que el adversario no es digno de venganza. Al vengarse, muchos se toman demasiado en serio las pequeñas humillaciones. Una persona grandiosa y noble es aquella que, como un gran animal salvaje, escucha impasible las pequeñas maldiciones que le lanzan».
Séneca.







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