En los tiempos antiguos, los grandes líderes eran aquellos que se destacaban por sus habilidades en la batalla y su capacidad para liderar a sus tropas hacia la victoria. Pero ser un líder en la actualidad implica mucho más que solo liderar en el campo de batalla. Hoy en día, ser un líder exitoso significa tener una gran variedad de habilidades, desde la comunicación efectiva hasta la toma de decisiones estratégicas.

Un gran líder debe ser un visionario, alguien que tenga una visión clara de a dónde quiere llegar y cómo llegar allí. Debe ser capaz de inspirar a su equipo y motivarlos para alcanzar ese objetivo. Además, un líder debe ser un comunicador efectivo, capaz de escuchar a su equipo y transmitir sus ideas y planes de manera clara y concisa.

Un líder también debe ser un modelo a seguir, alguien que inspire a su equipo a dar lo mejor de sí mismos. Debe ser un líder que actúe con integridad y ética, y que tome decisiones justas y equitativas. Además, un líder debe ser un mentor y un coach, alguien que brinde orientación y apoyo a su equipo para ayudarlos a alcanzar su máximo potencial.

Ser un líder no es tarea fácil. Requiere un gran esfuerzo y dedicación. Un líder debe ser un motivador, un guía y un ejemplo para su equipo. Debe estar dispuesto a tomar decisiones difíciles y asumir la responsabilidad de sus acciones. Pero cuando un líder es capaz de inspirar a su equipo y llevarlos hacia la victoria, el resultado final es más que una simple victoria, es la creación de un legado duradero.

1. Un liderazgo abierto a las críticas. El líder debe tomar en consideración las objeciones que se le plantean, haciendo suya esa estupenda máxima de Séneca: «Lo que es verdad es mío». Es decir, la verdad es algo deseable venga de donde venga. Qué insufribles resultan esos líderes que parecen sentirse siempre en posesión de la verdad, invirtiendo la afirmación de Séneca para afirmar: «Lo que es mío es verdad».

2. Hacer todo lo posible y aceptar el resultado con ecuanimidad. No hay nada más triste que un líder que anda siempre lamentándose porque las cosas no salen como le gustaría. Hay que reconciliarse con la idea de que el resultado de nuestros esfuerzos a menudo escapa a nuestro control, pero no por ello debemos dejar de poner en tales esfuerzos toda nuestra pasión y confianza.

3. Estamos todos en el mismo barco. Una de mis principales críticas a los estoicos es su manifiesta falta de empatía. Ponen tanto empeño en hacerse a la idea de que nadie es imprescindible que terminan por dar la impresión de que pasan de todo el mundo. Sin embargo, han propuesto un sucedáneo razonable: la oikeiôsis. Esta misteriosa palabra griega puede traducirse como «tomar las preocupaciones de los demás como si fueran propias».

Esto supone incluir a los demás dentro del perímetro del «nosotros». Cito de nuevo a Séneca para expresar el tipo de tarea colectiva que tiene que ser capaz de alentar el líder: «Las relaciones entre nosotros son como un arco de piedra que se caerá si las piedras no se apoyan mutuamente entre ellas».

4.Un liderazgo basado en la razón. Desde un punto de vista estoico, «el propósito de la vida para los seres humanos es el uso de la razón para construir la mejor sociedad que humanamente es posible construir».

Una traslación de la misma idea a nuestro ámbito suena muy inspirador: el propósito del liderazgo es el uso de la razón (entre otras facultades) para alcanzar la mejor organización y el mejor entorno profesional que sea posible construir.

5. El liderazgo es una cuestión de carácter. De cultivar el propio, «equipándolo para navegar por la vida real», y de ser capaz de evaluar el de los demás, pero evitando los juicios de valor. En palabras esta vez de Epicteto: «Mi tarea es utilizar lo que ocurra con diligencia y habilidad… Por lo tanto, está en tu mano tomar lo que te den y aprovecharlo al máximo».

Me gusta como lo formula Pigliucci: «[El líder] necesitará el valor de hacer lo correcto en circunstancias difíciles, la templanza para controlar los excesos, un sentido de la justicia al considerar cómo las decisiones van a afectar a las personas, y, por supuesto, la sabiduría práctica que le permitirá atravesar aguas traicioneras y siempre cambiantes».

6. No hablar demasiado de nosotros mismos. Qué aburridos resultan los líderes que aprovechan su posición para proponerse constantemente a sí mismos como tema de conversación y motivo de admiración.

Fuentes;

Como ser un estoico (Massimo Pigliucci)

Una respuesta a “Cómo ser un líder. Massimo Pigliucci”

  1. Siempre aprendo en tu blog, gracias David.
    Lindo y bendecido día.

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