
Algunas veces he leído la historia del pajarito agradecido por las migajas que recibía de un hombre. Escuchó hablar al hombre sobre un deseo y él decidió darle lo mejor de él, para complacerlo. Así se expuso a una muerte dolorosa y al final, sin que se agradeciera.
Así muchas personas viven para complacer a otros, por ejemplo, algunos padres a sus hij@s, hacia el cónyuge, sea mujer u hombre y viven en un infierno.
Algunas personas llaman idolatría, quererse así mismo, pero les diré, que la bondad codependiente, no es bondad.
Das todo, a cambio de las migajas, y al final, no serás tomado en cuenta y puedes llegar a ser ignorado y rechazado.
Aprende a amarte, quererte y respetarte tú mismo y después sabrás, cuál debe ser el límite a toda circunstancia que se te presente.
Muchas personas piensan que dar amor sin esperar nada a cambio es bello. La parte maquiavélica de esta relación emocional desigual es que de tanto dar sin recibir, a veces se acaba por entregar también el amor propio.








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